"Los edulcorantes no calóricos son sólo aditivos alimentarios de sabor dulce que han sido debidamente aprobados por las autoridades sanitarias internacionales luego de exhaustivas revisiones de todas las investigaciones científicas disponibles"
afirmó Susana Socolovsky, doctora en Química y Consultora en Asuntos Regulatorios y Científicos de la Asociación Argentina de Tecnólogos Alimentarios (AATA).
Y continuó: "El tema está en el tapete cada vez que sale una estudio que, por lo general, extrapola conclusiones de efectos sobre animales de cantidades muy superiores a las reguladas a humanos y que, además, se comunica mal".
De lo que Socolovsky considera como "mitos instalados", uno de ellos es el efecto cancerígeno del aspartamo, uno de los edulcorantes no calóricos más utilizado.
"La polémica se instaló a partir de un estudio realizado por un investigador italiano (Morando Soffritti) que suministró cantidades excesivas de aspartamo a ratones y éstos desarrollaron tumores cerebrales. La investigación no fue revalidada luego"
"Sí generó tanto revuelo que una empresa como PepSico eliminó el aspartamo de su bebida cola por unos meses, pero al tiempo lo volvieron a utilizar; en efecto en 2013 la European Food Safety Authority volvió a evaluar la evidencia científica e insistió con la seguridad de este edulcorante", agregó Socolovsky, que también criticó la investigación que se difundió en julio acerca de que "los edulcorantes aumentan el hambre".
"El estudio consistió en someter a moscas de la fruta durante cinco o siete días sólo al consumo de sucralosa, es decir a una dieta no calórica, tras lo cual se observó que aumentaron la ingesta. Ahora bien, eso sería el equivalente a tener siete años a una persona a una dieta de hambre, ¿no comería más si se liberara luego esa restricción?".