Se encontraba Juan Caca bebiendo triste y depresivo en un bar, cuando de pronto aparece su buen amigo y le dice:
Juan, ¿Por qué tan triste?
Juan Caca le responde:
Por qué va a ser, mi nombre pues, como me voy a llamar Juan Caca, es horrible.
El amigo le dice:
Pero eso ahora tiene arreglo, en nuestros días te puedes cambiar de nombre facilito.
Juan Caca dice:
¿Tú crees?, está bien, mañana mismo lo hago.
Hola, veo que estás feliz, ¿Hiciste lo que te aconsejé?
Juan Caca dice:
Claro, ya no me llamo más Juan Caca, ahora soy feliz.
El amigo le pregunta:
¿Cómo te llamas ahora?
¡Pedro Caca!
Moraleja: Nadie comprende nuestras penas como nosotros mismos!
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