La dieta tiene una relación más que directa con nuestra salud. Si comemos bien, nos sentimos bien. Así de simple.
Ajo y cebolla
Ambos son perfectos antisépticos, antibacterianos y antivirales. Así, no pueden faltar en tu dieta diaria si no quieres enfermarte.
Miel
Usada desde la antigüedad para aliviar la tos y la irritación de la garganta, la miel es un auténtico bactericida y antiséptico.
Yogur
Debido a las bacterias benéficas que nos aporta (por ejemplo, Streptococcus thermophylus o Lactobacillus bulgaricus) el yogur es un gran probiótico capaz de mejorar la salud intestinal y aumentar las defensas.
Hongos y setas
Un rico platillo con champiñones nos aporta una gran dosis de citoquinas (unas células que combaten algunas infecciones respiratorias).
Como si no fuese suficiente, las setas aportan unos compuestos, llamados polisacáridos, que mejoran el sistema inmunitario.
Jengibre
El jengibre tiene muchas propiedades, como reducir los dolores articulares, relajar el cuerpo o bajar la fiebre, entre otras. Puedes añadirlo al té, a una sopa o a un guisado.
Legumbres
Tienen una buena dosis de minerales, como el zinc, que mejoran el funcionamiento del sistema inmunitario.
Huevos
Otra gran fuente de minerales como el zinc, así como de aminoácidos esenciales, la ingesta de una unidad cocida al día mejora notablemente el sistema inmunitario, además de aportar saciedad y muchos nutrientes.
Calabaza
Cuando comemos este rico alimento añadimos mucha vitamina A al organismo, la cual genera glóbulos blancos que combaten infecciones.
Salmón
Los pescados “azules” son una gran fuente de vitamina D (necesaria en el organismo para aniquilar los virus y las bacterias malignas).