¡Caray, ya no existe la caballerosidad, nadie le cede su asiento a una mujer embarazada!
En ese momento un señor se levanta y le ofrece su asiento. Pero al verla con el estómago plano, le pregunta:
Disculpe, ¿Cuánto tiene de embarazada?
Y la chica responde:
Compártelo! Alégrale el día a alguien!