Sin apenas darnos cuenta, en determinados lugares entramos en contacto con un sinfín de gérmenes que pueden ser causantes de infecciones. Te contamos cuáles son los 10 mayores focos públicos de bacterias y virus.
1. Piscinas y parques acuáticos
En los parques acuáticos por donde pasan miles de niños, una gran parte de ellos puede dejar pequeñas cantidades de caca. Según datos del programa ‘Natación saludable’, del estadounidense Center for Disease Control and Prevention, más de la mitad de las piscinas analizadas dieron positivo en el test de Escherichia coli (E. coli), causante de múltiples infecciones gastrointestinales, entre ellas la diarrea con sangre. Intenta no tragar agua…
2. El dinero
El virus de la gripe, por ejemplo, puede sobrevivir hasta 17 días en un billete. Cada día intercambiamos dinero al hacer la compra o sacar efectivo de los cajeros (cuyas teclas son per se una fuente inagotable de bacterias). Evidentemente no vamos a utilizar guantes para estas acciones, pero no está de más desinfectarse las manos después de esta acción o utilizar un bolígrafo para marcar el pin en tu sucursal bancaria.
3. Las cartas de los restaurantes
Cientos de manos diferentes las manipulan a diario, y mientras los vasos se limpian con mimo, ellas son olvidadas sobre la mesa entre cliente y cliente. Según un estudio del Basque Culinary Center (BCC) las cartas de los menús de los restaurantes están plagadas de bacterias como las E. coli o las Staphylococcus aureus. El microbiólogo de la Universidad de Arizona Charles Gerba va más allá y afirma que las cartas de los restaurantes tienen 100 veces más bacterias que un asiento de inodoro. Al menos, intenta no dejar tus cubiertos sobre la carta.
4. Las pesas y máquinas del gimnasio
Según un estudio llevado a cabo por FitRated los gimnasios son un foco sin parangón de bacterias, el 70% de ellas peligrosas para la salud. Una bici estática, por ejemplo, tiene 39 veces más bacterias que una bandeja reutilizable de cafetería; las pesas tienen 362 veces más gérmenes que el asiento de un retrete; y una cinta de correr tiene una población de bichitos indeseados 74 veces superior a una llave de grifo. A pesar de que pueda parecer que le damos un motivo a los perezosos para evitar el gym, este riesgo de infección solo se da si tienes las defensas muy bajas o heridas abiertas.
5. El carrito del supermercado
Según un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Arizona el 72% de los carros que usamos en los supermercados mientras hacemos la compra, sobre todo los mangos, tienen bacterias fecales, procedentes del contacto con carne cruda o pañales sucios de niños que se sientan en ellos, susceptibles de provocar enfermedades como salmonella o E.coli. Sería necesario hacer una desinfección tras cada uso, cosa que no parece probable. Facilitar toallitas antibacterianas podría ser una buena medida de higiene a implementar en algunos centros. Mientras intenta no reutilizar las bolas y usa los guantes de la frutería.
6. Dispensadores de jabón de los baños públicos
No es que el jabón de los baños públicos esté lleno de bacterias, pero pensemos lo que supone lavarnos las manos en ellos, ya que tras esa acción tocaremos otros objetos como el secador o la puerta. Según algunas estadísticas, el 70% de los hombres y el 35% de las mujeres tocan esos objetos sin lavarse las manos. Más acertada parece la opción de llevar un jabón desinfectante en el bolsillo y utilizarlo una vez fuera del servicio.
7. Las llaves de los grifos
Sucede algo parecido a lo del jabón. Pongámonos en situación. Entramos al baño de un restaurante, hacemos nuestras necesidades y nos lavamos las manos con agua y jabón. Sin embargo, a no ser que el grifo sea automático, una vez lavadas tendremos que volver a tocar la llave para cerrar el agua, entrando de nuevo en contacto con posibles bacterias presentes en ella.
8. Fuentes de agua
Rara vez encontraremos a alguien del servicio de limpieza limpiando una fuente de agua de las que podemos encontrar en colegios, parques o polideportivos. Esa ausencia de higiene provoca que tantos las boquillas como las zonas húmedas de alrededor tengan más gérmenes que cualquier asiento de inodoro. Algunos expertos recomiendan dejar correr el agua al menos 15 segundos antes de acercarnos a beber. Aunque lo mejor es llevar siempre nuestra propia botella de agua potable.