Investigadores australianos (de la Universidad de Monash) separó tres perros de sus dueños, aplicándoles monitores cardíacos para observar lo que ocurría cuando se reunían.
Los ritmos cardíacos de los perros y de sus dueños cayeron rápidamente pero, instantes después, comenzaron a latir en completa sintonía.
"Si podemos disminuir nuestro ritmo cardíaco sacando a pasear a nuestros animales, eso es algo que realmente puede beneficiar a la comunidad," señaló Cobb.