Se trata de una reacción inflamatoria de la conjuntiva, una membrana que recubre el interior de los párpados y que se extiende a la parte anterior del globo ocular. Generalmente es producida por una infección (bacteria, virus u hongo) o por el contacto con alérgenos (polen, fármacos). Es por ello que la prevención es vital para evitar contraer esta enfermedad.
La conjuntivitis afecta a personas de cualquier edad, con más incidencia en niños y pacientes con antecedentes de blefaritis, ojo seco y/o uso excesivo de lentes de contacto.
Los síntomas son enrojecimiento ocular, secreción acuosa o mucopurulenta que produce lagrimeo, dolor, fotofobia (sensibilidad a la luz), visión borrosa, sensación de pesadez en los ojos, edema palpebral y disminución de la agudeza visual cuando compromete la córnea.
El cuadro dura entre 8 y 12 días y es autolimitado, pero en algunos casos puede prolongarse hasta por tres semanas y progresar causando serias complicaciones oculares.
Para el tratamiento se suelen indicar antibióticos tópicos, frío local, lágrimas, y antiinflamatorios, según la situación de cada paciente.
¿Cómo se contrae la infección?
Se produce con facilidad por las secreciones de los ojos, la nariz y la boca de los afectados. Si las personas de su entorno tocan las mismas tazas, vasos, toallas o sábanas pueden adquirir la infección, o si los afectados nadan en una pileta, también aumentan las chances de contagiar a otros. Por ello es fundamental la educación del paciente con conjuntivitis, poniendo énfasis en la higiene de las manos: el lavado regular, el uso de alcohol en gel, antes y después de colocarse la medicación, así como el uso de toallas descartables.
Tips para prevenirla
• Uso de antiparras para el ingreso a las piscinas
• Lavarse las manos frecuentemente
• Utilizar lentes con protección UV
• No compartir toallas ni almohadas
• Cambiar las sábanas regularmente
*El doctor Aldo Cesar Da Prá (MN.: 55294) es jefe de Oftalmología de la Clínica San Camilo.