Una dieta rica en tomates y manzanas puede ayudar a compensar los daños producidos por el tabaco en los pulmones, y podría reducir el deterioro de la función pulmonar asociado a la edad, incluso en gente que nunca ha fumado.
Numerosos estudios alaban las propiedades nutricionales del tomate, a cuyo consumo se le atribuyen beneficios para la salud como un riesgo menor de padecer un ictus, cáncer de piel, de mama o de próstata. Ahora, un nuevo trabajo ha descubierto que comer tomates y manzanas de manera habitual tras dejar de fumar puede ayudar a que los pulmones se recuperen de los daños producidos por el hábito tabáquico.
En la investigación, que ha sido realizada por los miembros de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg en Baltimore (Estados Unidos), y publicada en el European Respiratory Journal, se hicieron pruebas pulmonares, como la espirometría, a 650 adultos procedentes de Noruega, Alemania y Reino unido en el año 2002, y se les volvieron a repetir estos test diez años después, en 2012.
En los resultados se observó que el consumo de estas frutas ayuda a reducir el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) tanto en los fumadores, como en aquellos que han abandonado este hábito. Además, los adultos que comían más de tres porciones de manzanas o plátanos o más de dos tomates al día, presentaron una reducción más lenta en la pérdida de función pulmonar que aquellos que tomaban menos de una porción cada día, incluso si nunca habían probado el tabaco. Más en concreto, incrementar la ingesta de tomate mejoraba la capacidad máxima de captar y expulsar aire.
La función pulmonar se deteriora a partir de los 35 años
Es importante conocer que el aparato respiratorio de un fumador nunca llega a restaurarse del todo, aunque se dejen los cigarros a un lado, pero es cierto que mejora bastante con los años. Sin embargo, a partir de los 35 años, seas o no fumador, el diafragma pierde fuerza, los músculos que mantienen las vías respiratorias abiertas se debilitan, se reduce la capacidad de exhalar e inhalar, los alveolos cambian de forma, y las órdenes que reciben los pulmones del cerebro son cada vez más débiles.Pero, según Vanessa García-Larsen, una de las autoras del estudio, esto podría ralentizarse gracias a algunos componentes que tienen los tomates y las manzanas, en especial los flavonoides, que son sustancias con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que mejoran la salud pulmonar. Por ello, los autores del estudio han llamado la atención sobre la necesidad de proporcionar recomendaciones dietéticas, en especial a las personas en riesgo de presentar EPOC, y plantear una nueva forma de luchar contra el aumento de los casos de esta enfermedad en el mundo.