— Papa, encontré al amor de mi vida ¡y me voy a casar!
— ¡Enhorabuena hijo!, ¿Y quién es ella?
— Cipriana, la hija del carnicero.
— ¿Cipriana?... ¡¡¡Ay hijo!!! Lo siento, pero con esa muchacha no te puedes casar; veras, es tu hermana... Yo de joven vivía la vida...Esperaba no tener que revelarlo nunca, pero ahora no me queda más remedio.
El pobre hijo se va con un enojo de mil demonios porque le había costado demasiado esfuerzo encontrar una buena mujer para casarse.... Pero al cabo de 8 meses encuentra otra chica y nuevamente, se lo comenta a su padre.
— ¡¡¡Papá, encontré al amor de mi vida y me voy a casar!!!
— ¿Y quién es ella?
— Es Carla, la hija del zapatero.
— ¿Carla?... Hijo, no sé cómo decírtelo, pero... ella también es tu hermana.
— ¡Pero papá!... ¿qué cojones?, ¡¿qué clase de desgraciado fue usted con mi santa madre?!
— ¡Hijo mío, compréndeme! yo era joven, tu madre y yo no atravesábamos una buena racha y... en fin.
Nuevamente cabreado y enojadísimo, deja otra vez a su novia.
Pero al año y medio se recupera y vuelve con una nueva candidata:
— ¡¡¡Papá, encontré al amor de mi vida y ahora me caso definitivamente!!!
— ¿Y quién es ella?
— Chabelita la que trabaja en el Mercadona; es huérfana de madre y además es negra.
— iiiiiiNooo HIJO, Noooo~
— ¡¡¡¡Papá no me jodas... !!!!
— Hijito, sucede que siendo yo joven, fui voluntario en la Cruz Roja... Tú eras muy bebé...; tu madre y yo... pero no se lo cuentes a tu madre por favor!!!
El hijo no lo soporta más y se va blasfemando como un camionero a su cuarto.
Alertada por los gritos, se acerca la madre, y el hijo destrozado le confiesa lo que pasó en sus 3 intentos de casarse:
— ¡¡¡Ay hijito querido !!! le dice la madre:
— Cásate con quien te de la real gana al fin y al cabo... ¡¡¡ese señor ni siquiera es tu papá!!!