- Juanito, hoy tienes que confesar tus pecados, dime hijo..., ¿quién está robando el dinero de la limosna de los domingos?
Juanito de pronto responde al cura:
- Padre, no le oigo nada...
- No te hagas el sordo Juanito, sé que me escuchas perfectamente...
- ¿Qué, Padre?, ¿Qué dice?, No oigo nada de nada...
- Juanito, fuiste tú quien lo robó el dinero de las limosnas, ¿verdad?
- Perdone Padre, pero es que no le oigo...
- ¿De verdad que no me escuchas Juanito? Anda, ponte en este lado del confesionario y tú me preguntas, así te demostraré que sí se oye.
- De acuerdo, padre.
Se cambian de posición y Juanito le pregunta al cura:
- Padre, ¿quién se anda acostando con la hija del panadero cada vez que viene a ensayar en el coro?
El cura sin dudar un momento responde:
-Ay Juanito, la verdad es que tienes razón...
¡NO SE OYE NADA, NADA, DE NADA...