Técnicas para prevenir o curar enfermedades que, más allá de lo que marque el imaginario colectivo, la ciencia comprobó que dan resultado.
1. Vinagre y alcohol para la otitis
La Clínica Mayo no duda en recomendar uno de los remedios más arraigados en la cultura popular. La mezcla del vinagre blanco con el alcohol en partes iguales forma una combinación que, derramada en gotas, previene la otitis en los casos menos severos. Además, la mezcla resulta útil para frenar la aparición de hongos y bacterias que provocan la otitis externa.
2. Gárgaras para los resfríos
Entre 2002 y 2003, la Escuela de Salud Pública de Kyoto, Japón, reunió 400 participantes que luego los evaluaron un año después. El estudio demostró que los voluntarios que, por pedido de los autores, realizaban a diarios gárgaras con agua de la canilla tenían menos posibilidades de contraer infecciones por vías respiratorias como catarros o gripes.
3. Jengibre para las náuseas
Las náuseas son, quizás, la principal molestia que atraviesan las mujeres durante los 9 meses que dura el embarazo. La Universidad de Exeter, Inglaterra, comparó los síntomas entre las voluntarias que empleaban un placebo y aquellas que tomaban jengibre. Tras el cruzamiento de datos, concluyeron que consumir un gramo de raíz de jengibre ayuda a aliviar las náuseas no solo inducidas por el embarazo, sino también las surgidas por el efecto de la quimioterapia en los pacientes con cáncer.
4. Miel para la tos
La propia Organización Mundial de la Salud recomienda su ingesta con fines curativos en niños. A su vez, en 2012 se siguió a 300 niños que habían enfermado para determinar su efectividad. Una vez concluido el estudio, se reveló que el consumo de 10 gramos de miel antes de dormir registró menos tos y mejor sueño que aquellos que habían tomado placebo.
5. Cinta adhesiva para las verrugas
El método médico y, por ende, confiable indicaba que congelar la verruga la hacía desaparecer. La criogenización, sin embargo, tan solo logra un 60% de efectividad. En 2002, se realizó un estudio que determinó que el 85% de los tratados con cinta adhesiva -preferentemente la que se usa con fines sanitarios- se libró de las molestas formaciones en la piel.
6. Sopa de pollo para el resfrío
La sopa suele ser una de las recomendaciones habituales para combatir las inclemencias del frío en épocas invernales. Además, al parecer, hay un agregado clave: el pollo. En 2000, un estudio científico demostró que la sopa de pollo es efectiva para calmar la típica inflamación que produce un resfrío.
7. Hielo para el dolor de cabeza
Cuando se presenta una fuerte migraña, aplicar hielo sobre la cabeza o la nuca contrarresta el dolor, al menos provisoriamente. Así lo demostró un estudio realizado en 2013 que observó a 50 personas con migrañas. Los pacientes que empleaban hielo durante 30 minutos, aseguraban que el dolor se reducía en forma significativa y que, una vez que retiraban el remedio casero durante otra media hora, la molestia volvía a aparecer.