— Mami, mami, ¿Puedo ir a la piscina con mis amigos hoy? Es que ponen un trampolín de 5 metros de altura y va a ser muy guay...
— Claro hijo, ve y diviértete, pero siempre con precaución...
Al rato llega Pepito a casa con la pierna rota.
Unas semanas después, ya recuperado del golpe, Pepito va con su mama y le dice:
— Mami, ¿Puedo ir a la piscina con mis amigos hoy? Es que hoy van a habilitar el trampolín de 10 metros que es una pasada...
Un par de horas más tarde, llega Pepito con un hueso roto otra vez y su madre le echa una bronca de cuidado. Algún tiempo después, ya recuperado del nuevo golpe va con la mamá y le dice:
— Mami..., ¿Puedo ir hoy a la piscina?
— ¡No!, ¡Claro que no!, Pepito ya viste lo que te pasó las otras dos veces...
— ¡Jo!,... Pero mamaaá..., ¡¡es que hoy ponen el AGUA en la piscina!!