Asustado, preguntó a su contable de qué manera vestir:
- Usa harapos y ropa vieja, que piensen que eres un mendigo.
Para tener una segunda opinión se lo preguntó también a su abogado, este le dio exactamente el consejo contrario:
- ¡No dejes que te intimiden! Usa tu traje y corbata más caros y elegantes.
Confundido, el hombre se va a hablar con el cura de su parroquia, le cuenta de los dos consejos opuestos y le pide su opinión.
"ponte el camisón más pequeño y transparente que puedas encontrar y con un escote que te llegue hasta el ombligo".
El hombre protesta:
- ¡Disculpe Padre!, pero... ¿Qué tiene que ver eso con Hacienda y mis impuestos?
El cura contesta:
- Pues veras hijo... la cosa es que no importa cómo te vistas, hagas lo que hagas te van a joder igual...