Al despedirse, frente a todo el mundo, él le desea buen viaje y en tono burlón le grita:
- ¡Amor, que tengas buen viaje!, ¡¡¡...y no te olvides de traerme una hermosa francesita... Ja, ja, ja!!!
Ella bajó la cabeza y se embarcó muy molesta, porque no le hacían ninguna gracia ese tipo de bromas.
A su regreso, el marido otra vez pidió a sus amigos que lo acompañasen al aeropuerto a recibirla.
Al verla llegar, lo primero que le gritó a toda voz fue:
- ¿Amor, me trajiste mi francesita?
En esto, ella le contesta también en tono burlón y en voz bien alta:
- ¡¡¡Eso espero cariño, hice todo lo posible, todos los días y con diversos franceses, ahora sólo tenemos que rezar para que nazca niña
¡¡¡...Y ya tendrás tu francesita !!!