Una mujer de mediana edad entra a una farmacia y le pide al farmacéutico:
- Buenas tardes, por favor, quisiera comprar arsénico.
Dado que el arsénico es muy tóxico y letal, el farmacéutico quiso saber más datos antes de proporcionarle la sustancia sin saber para que la usaría:
- Verá esa sustancia es muy peligrosa y no puedo venderla a cualquiera... ¿Para qué querría la señora comprar arsénico?
- Pues, para matar a mi marido que me puso los cuernos.
- !Ah!, ¡...Caramba! Estoooo... lamentablemente para ese fin no puedo vendérselo, no puedo vender una cosa que usará para hacer daño a otra persona. Lo siento por usted, pero no puedo... La mujer sin decir palabra abre la cartera y saca una fotografía del marido haciendo el amor con la mujer del farmacéutico.
Entonces le dice el farmacéutico: - ¡¡¡¡ME CAGO EN.... ¡Mil disculpas señora!, no sabía que tenía usted RECETA...