Después de los saludos de rigor, le preguntaron sus amigos del bar:
- Oye Paco, ¿por qué traes esa cara de felicidad?
- Porque mi mujer me ama como jamás ninguna mujer amó a un hombre, está loquita por mi...
- Ah, ¿sí?, ¿Y por qué dices eso? - preguntó uno de sus amigos.
- Bueno, te lo voy a contar, la semana pasada pedí dos días por enfermedad en el trabajo.
Mi esposa estaba tan nerviosa y feliz de tenerme en casa, que cada vez que venía el butanero, el portero o el cartero, salía corriendo a la calle agitando los brazos y gritando
"¡mi marido está en casa, mi marido está en casa!"
El marido llama a su esposa el viernes desde el trabajo y le dice:
— Cariño, el Jefe me encargó que lo acompañe a pescar a Canadá con algunos clientes japoneses muy importantes. Salimos hoy nos vamos por el fin de semana y esta será una muy buena oportunidad para conseguir mi tan ansiada promoción.
Por favor, prepárame la maleta y no te olvides de empacar suficiente ropa para todo el fin de semana, además de la caña de pescar y la valija con los anzuelos que, cuando salga de la oficina lo paso a buscar
¡Ah, y no te olvides de incluir mi pijama de seda azul!
La esposa piensa que esto suena un "poquito" extraño y que era de lo más extraño que necesitase un pijama tan lujoso para una excursión de pesca, pero aun así, hizo lo que su marido le pidió.
El Lunes por la tarde regresa el marido, un poco cansado, pero contento.
La esposa le da la bienvenida y le pregunta:
— ¿Pescaste mucho cariño?
— ¡Uff!... Y tanto, ... - Contesta él-No dejamos una trucha ni de muestra ...pero ¿por qué no empacaste mi pijama azul, como te pedí?.
Y la mujer le responde:
— ¡Uy!, Sí que lo hice, sí...
¡¡¡¡lo puse en la caja de los artículos de pesca!!!!
SI AL MENOS LA HUBIERAS ABIERTO LO SABRIAS