Una confesión y un casamiento

Una confesión y un casamiento

La Confesión


Un cura recién ordenado se confiesa por primera vez con su obispo:
- Dime hijo mío ¿qué tal has llevado los votos durante esta tu primera semana?
- Verá eminencia, en cuanto a la pobreza he regalado mi hábito y me visto con uno que ya había desechado, mis sandalias están rotas y llenas de agujeros y doy la mitad de mi comida a los pobres que vienen al comedor.
- Muy bien, hijo mío, muy bien, continúa.
- En cuanto a la obediencia hago cualquier cosa que me mande cualquier otro padre sin pensar en si es justo o adecuado, dando gracias al Señor por tener el privilegio de obedecer.
-Muy bien, hijo mío, excelente, excelente.
-Finalmente, eminencia, en esta semana he hecho el amor con 37 mujeres.

El obispo casi se cae de la silla y con ojos desorbitados pregunta:
- ¡¡Cómooo!!... Pero... ¡Hijo mío!, ¡¿Y el voto de castidad?!
 
El curita, asustado y con cara de perplejidad responde:
- ¡¿De... de CASTIDAD?!... Pe... pero... ¿no era voto de CANTIDAD?
 


Un Casamiento


 
Tras casi un año de salir con mi novia, ¡el próximo mes me caso!
Mi futura suegra es genial (además de estar terriblemente buena).
 
Ella solita se ha ocupado de organizar toda la boda: iglesia, música, fotógrafo, banquete, flores, etc.
Hace poco me llamó y me pidió que fuera a su casa para revisar la lista de invitados y anular algunos de mi familia pues estaba superando nuestras previsiones.
Cuando llegué, revisamos la lista y ella me dijo que siempre le había resultado un hombre muy atractivo, que dentro de un mes ya sería un hombre casado con su hija y que antes de que aquello ocurriera, quería acostarse conmigo.
Entonces se levantó, caminó hacia el dormitorio y me dijo que yo sabía dónde estaba la puerta de salida si lo que quería era marcharme, y si no que me fuera a la habitación con ella...
Me quedé de pie, inmóvil durante un momento pensando y finalmente decidí que sabía perfectamente qué hacer...
Salí corriendo hacia mi coche...  afuera apoyándose en el capó de mi coche estaba mi futuro suegro sonriente.
Me abrazó y me explicó que únicamente querían estar seguros de que su hija se casaba con el hombre adecuado y se les ocurrió esta pequeña prueba, que yo felizmente había superado con éxito...

CONCLUSIÓN: "Menos mal que tenia los condones en el coche..."


Únete a Salud y Humor!