El joven empieza a protestar:
- Pero señor agente, déjeme explicarle.
- ¡Silencio! Estás retenido hasta que regrese mi superior.
El muchacho insiste:
- Pero señor oficial, escúcheme, tengo prisa, muchísima prisa, es que...
El agente replica:
- ¡Cállese! ¡Ahora mismo, a la cárcel!
Una hora y media después, el guardia va a ver al detenido y le dice:
- Ha tenido usted suerte, el jefe está asistiendo a la boda de su hija mayor, cuando regrese estará de buen humor y seguro que le pasa por alto la sanción.