centro comercial de la ciudad, bebieron bien como de costumbre
y como ya no tenían donde meter más cerveza le preguntan al barman
dónde queda el baño, el barman le dice claramente:
– Por el pasillo a mano derecha, bajan dos escalones y ahí están los baños.
– Hip, ok gracias, nos vamos allá.
Cuando van por el pasillo uno le dice al otro:
– Oye, ¿Era para la derecha o pa’ la izquierda? Ya no me recuerdo…
– Creo que el barman dijo pa’ la izquierda, estoy seguro… si.. hip… seguro.
Pero para el lado izquierdo estaban reparando un ascensor y se caen por el
se levanta, algo mareado y con mucho esfuerzo pero se levanta y le dice al otro:
– Compañero, no sé tu, pero yo me voy a orinar aquí, yo no estoy para bajar, otro escalón.
Un cura va conduciendo , cuando ve a una monja parada al lado de la carretera esperando el bus.
El cura se detiene, le ofrece acercarla hasta el próximo pueblo y la monja acepta y pone su equipaje en el asiento trasero.
Al subir en el asiento del acompañante, su habito se abre un poco y deja ver una hermosa pierna.
Cuando el cura lo advierte casi ocurre un accidente, consigue controlar el coche aunque no resiste la tentación y pone la mano en la pierna de ella. La monja mira al cura y le dice:
– Padre, recuerde el salmo 129.
El cura retira rápidamente su mano y pide disculpas pero sus ojos se resisten a dejar de mirar la pierna, por lo que poco después su mano salta de la palanca de cambios, esta vez a la rodilla de la monja. Ante eso la monja repite:
– Padre, recuerde el salmo 129.
El cura, contrariado , pide disculpas y trata de explicarse:
– ……. La carne es débil, hermana.
Llegan a su destino y ella mira al cura significativamente, le agradece el favor de haberla acercado.
El cura sigue su viaje y cuando llega a su destino corre a ver que dice el salmo 129: