mismo camino que yo.
Al entrar al baño, observé cómo ocupaba uno de los dos
cubículos, que eran de esos que no llegan hasta el techo. Yo, lógicamente, entré en el
otro. De repente, oigo que me dicen:
¡Hola!
Yo seguí callado, pero el tipo vuelve a decir:
¡Hola!. ¿Me escuchas?
Yo, para no parecer mal educado, contesté:
¡Hola!
Y el tipo pregunta:
¿Cómo estás?
A lo que contesté:
Bien, gracias, un poco cansado.
Y el tipo dice:
¿Qué haces?
Yo ya estaba intrigado, pensé, siempre hay gente muy rara en este mundo, y contesté:
¿Y qué voy a estar haciendo?. Lo mismo que tú, ¡Cagando!
Inmediatamente oigo:
¡Mi vida, te llamo después porque tengo a un imbécil al lado, que está contestando a
Entra un hombre borracho a un bar, se sienta en una mesa y empieza a gritar fuerte:
- ¡Camarera, hip, cabbbmmmarera, hip!
- Señor, por favor compórtese, ¿qué desea?
Entonces el hombre saca unos pollitos de los bolsillos, los pone sobre la mesa y dice:
- Tráigame una botella de whisky para mí y para mis sobrinos.
La mujer queda muy asombrada, pero le trae la bebida. Al rato vuelve a llamar el
hombre:
- ¡Camarera, una botella de tequila para mí y para mis sobrinos!
Al rato nuevamente:
- ¡Camarera, un champagne para mí y para mis sobrinos!
Entonces la mujer se acerca y le dice:
- Escúcheme, usted ha bebido de más pero no me va a decir que cree que esos pollitos
son sus sobrinos.
- Por supuesto que sí, los encontré en la calle y me decían: “Tío, tío, tío, tío”
Cinco cirujanos discutían sobre quiénes son los mejores pacientes en una sala de
operaciones.
El primer cirujano dice:
- Me gusta operar contadores, porque, cuando los abres, todo está ordenado por
números.
El segundo cirujano responde:
- Sí, pero los electricistas son mejores, porque todos los órganos están codificados por
colores, no hay forma de equivocarse.
El tercer cirujano agrega:
- No, son mejores los bibliotecarios: dentro de ellos está todo ordenadito
alfabéticamente.
El cuarto dice:
- No hay como los mecánicos, los tipos ya traen las piezas de repuesto que hay que
colocar.
El quinto, por último, les dice: