eliminar las arrugas, se encuentra explicándoselo a una paciente.
- Mire señora, si usted está de acuerdo, le voy a instalar un tornillo especial
sobre su cráneo que no se va a notar porque su pelo lo tapará, Cada vez que usted se vea una arruga, le da un cuarto de vuelta al tornillo y milagrosamente la arruga desaparecerá.
La mujer, entusiasmada por el fantástico invento le dice al doctor:
-¡Ay doctor, opéreme cuanto antes!
La cirugía fue un total éxito y la mujer se fue a su casa loca de alegría.
Pasaron los meses, hasta que un día la señora operada, llega agitada al
consultorio, comentándole desesperada al doctor:
- Doctor, mire estas bolsas debajo de mis ojos… ¿De dónde salieron?
El cirujano examina a la señora detallada y meticulosamente por varios
minutos, y al final le dice:
- Mire señora, esas cosas que tiene debajo de los ojos no son bolsas, son
sus tetas…, y si usted se sigue apretando el tornillo, dentro de poco va a
tener barba.
En un cuartel del ejército español donde el general llama a tres
hombres que lucharon valerosa y heroicamente en una misión en Afganistán.
Una vez los tiene a los tres ahí delante les dice:
- Bien señores, su Excelencia el presidente del Estado está tan contento con
vosotros que ha decidido daros un premio. Os vamos a medir en centímetros la
parte de vuestro cuerpo que queráis, lo multiplicaremos por mil y os daremos
su valor en euros.
El primero en ser llamado es el sargento García.
- ¿Qué quiere usted que le mida García?
- Señor, mídame de los pies a la cabeza.
El general saca el metro, le mide de pies a cabeza y exclama:
- Felicidades, sargento, 185 centímetros, serán 185.000 euros para usted.
Y se va muy feliz el bueno de García.
Con esas que llega el segundo, el cabo Ramírez:
- ¿Qué quiere usted que le mida cabo?
- De los pies a la mano señor.
El chico levanta el brazo en alto tanto como puede, el general mide y le dice:
- Perfecto cabo, 202 centímetros, 202.000 euros.
Con esas que llega el soldado primero Mendoza, un tío con más tiros "pegaos"
que la ventana de un bosnio, y antes de que le pregunte le dice al general:
- Señor me va a medir de los talones a los huevos.
- ¿Está usted seguro soldado? piense que estamos hablando de mucho dinero
- Señor, sí, Señor.
- De acuerdo, bájese los pantalones por favor.
El general, empieza a medir y de golpe se queda parado,
empieza a mirar por todos lados, levanta la cabeza y extrañado pregunta:
- Soldado González, ¿dónde tiene usted los huevos?
- ¡EN AFGANISTÁN, SEÑOR!