- Mire es que mi mujer se está quedando sorda.
- Ya bueno, y ¿Dónde está su mujer?
- No, es que es muy orgullosa y no va a querer venir, pero yo necesito que me
dé una solución porque ya no puedo más con ella. Yo la quiero mucho, pero
esta falta de comunicación me está matando.
- Bueno, pues vamos a hacer una cosa. Usted háblele a ella desde una
distancia prudencial, y vaya acercándose hasta que ella le conteste. Luego me
mide la distancia, me lo dice y ya veo yo el grado de sordera que tiene y así
la puedo ayudar.
Se va el hombre para casa, y nada más al entrar grita: - ¡Silvia!
Nada. Entonces ya entra hasta el salón y vuelve a gritar: - ¡Silvia!
Y nada. Ya desesperado, que piensa que su mujer está sorda como una tapia,
se acerca hasta la cocina y allí la ve fregando. Se pone detrás de ella y vuelve
a gritarle: - ¡Silvia!
- ¿Qué quieres tarado, ya te lo pregunté cuatro veces!!?
Tres amigos están en el funeral de un compañero de trabajo. Uno de ellos,
mirando al difunto, exclama:
- Yo quisiera que cuando muera, la gente me mire y me recuerde por algo
grande, que haya logrado algo en la vida.
- Es verdad, yo también quisiera que la gente me mirara y dijera: Fue un gran
hombre y mejor amigo.
El tercero escuchaba atentamente a sus amigos sin hacer comentarios, lo que
ocasiono la pregunta de estos:
- ¿Y a ti, que te gustaría que dijeran?
- ¿De mi? A mi me gustaría que me miraran y dijeran: "¡Mira, parece que se
esta moviendo!"
Un señor se encuentra con su amigo que lo había venido a visitar después de
varios años y luego de una larga y tendida conversación, este le pregunta:
- Juan, ¿Que fue de tu viejo?
- Mi padre murió en un accidente.
- Pero que lastima, cuanto lo siento, no sabia nada.
- Si, fue tremendo, sus últimas palabras me las dijo a mi.
- ¿Ah si? ¿Y cuales fueron?
- "¡No muevas la escalera!"