Cuando examinó el cuerpo del señor Juan, que iba a ser incinerado, hizo un asombroso descubrimiento:
¡Juan tenía la "parte" más grande que nunca había visto!
- Lo siento señor Juan -dijo el empleado-, pero no puedo enviarlo a incinerar con semejante "parte". Tiene que ser guardada para la posteridad.
Dicho esto, separó el "miembro" del cuerpo, lo puso en su maletín y se fue a su casa. A la primera persona que se la mostró fue a su esposa:
- Tengo algo que mostrarte que no vas a creer -le dijo, y abrió el maletín.
- ¡Dios mío! -gritó ella horrorizada-
¡Juan está muerto!
Una joven americana se radica en España y para obtener la ciudadanía, acepta casarse en Madrid con Manolo, un torero.
Manolo está muy enamorado de la bella mujer,
pero es muy conservador y en la noche de bodas se decepciona profundamente cuando comprueba que la muchacha no era virgen.
Muy enojado le reclama:
¿Por qué no me dijiste que no eras virgen?
A lo cual ella le reprocha:
¿Por que no me dijiste que tenías un solo testículo?
El torero, entonces, le responde indignado: ¡Mujer, que lo mío fue una cogida!
¿Y que crees? ¿Que lo mio fue una pedrada?
Estaban en una mesa de tragos un medico, un político y un matemático, los tres discutían "que es el amor..."
Dice el medico:
- El amor, es una enfermedad contagiosa, porque tanto el hombre como la mujer, terminan en la cama.
- No creo - respondió el político, para mi el amor es como la democracia, porque tanto el que esta arriba como el que esta abajo, gozan de los mismos placeres y beneficios.
El matemático se queda pensativo, solicita una pizarra para explicar lo siguiente:
- El amor es una ecuación matemática perfecta, porque en primer lugar tenemos que el hombre eleva a su máxima potencia su unidad o miembro, la mujer lo agarra y lo encierra entre paréntesis, le extrae el factor común y lo reduce a su mínima expresión.