Le dice el abuelo al doctor:
- Mire, venimos porque tenemos un problema de memoria, cada año que pasa nos volvemos más olvidadizos.
El doctor responde:
- Bueno, a su edad eso es normal. El mejor remedio para eso es acostumbrarse a apuntarlo todo. Deben tener siempre una libreta a mano para anotar cualquier cosa que no quieran olvidar.
Esa noche, en casa, están viendo la TV y el abuelo se levanta.
- ¿Adónde vas? dice ella.
- Voy a la cocina.
- Pues ya que vas, ¿me traes una bola de helado? ¡Pero apúntalo, que no se te olvide!
- Mujer, no digas tonterías, para eso no hace falta apuntar nada?
- ¡El médico dijo que había que apuntarlo todo?!
- Bueno? por cierto, a la bola de helado échale unas cuantas fresas por encima? ¡Y apúntalo, viejo, apúntalo!
- ¡Que no lo apunto, mujer, si voy a estar aquí en un momento!
- ¡Y nueces! Échale nueces por encima también? ¡Pero haz el favor de apuntarlo, que te conozco!!
- ¡Qué pesada, déjame ya en paz con lo de apuntarlo!
El viejo se va a la cocina refunfuñando, y vuelve al rato con dos huevos fritos en un plato:
- ¡Ahí tienes!
La abuela se queda mirando el plato, y grita:
- ¿Ves, viejo, eso te pasa por no apuntarlo!
¡Se te han olvidado las tostadas!!!
Un pintor exhibía algunas de sus obras en una galería de arte. Una vez finalizado el período de exhibición, preguntó al dueño de la galería si entre los visitantes había advertido interés por adquirir alguna de sus pinturas.
El dueño le contestó:
- Bueno, creo que tengo una noticia buena y una mala para ti.
El pintor le dijo que quería escuchar primero la buena.
El dueño contestó:
- La buena noticia es que un elegante y rico caballero me preguntó si yo creía que luego de que murieras tus pinturas adquirirían mucho valor y yo le respondí que sí, que así lo creía yo, y de inmediato adquirió 15 de tus cuadros y pagó en efectivo.
- ¿Y la mala noticia cuál es?