- Hombre, tengo unas amigas que quieren divertirse un rato este fin de semana y necesito que me prestes tu apartamento para impresionarlas.
- Listo, no hay problema, mira te dejo las llaves, total este fin de semana me voy a ver con mis padres. ¿Y cuántas amigas son?.
- Son tres, a ver cómo hago.
- Mira, tengo unas pastillas que me recomendaron para estos casos, pero con cuidado, solo debes tomarte la mitad de una.
Llega el fin de semana y el hombre está esperando a las amigas. Recuerda el consejo del amigo, ve el frasco de las pastillas y piensa:
- Son tres... mejor me tomo una completa. Bueno otra...
Ya el lunes el dueño llega a su apartamento, abre la puerta y ve el sofá destrozado, la mesa de cristal hecha pedazos, los floreros tirados, la alfombra desgarrada... Pasa al cuarto y ve las sábanas rotas, la ropa destrozada, la cama con los resortes por fuera y en un rincón ve al amigo todo tembloroso y le pregunta:
- ¡No llegaron!, ¡no llegaron!.
Dos personas mayores, él viudo y ella viuda, se conocían hacía varios años.
Una noche hubo una cena comunitaria en el club del barrio. Los dos sentados en la misma mesa, uno frente al otro.
Durante la comida él la miró y la miró admirado y finalmente juntó el coraje para preguntarle:
- ¿Quieres casarte conmigo?
Después de unos segundos de "cuidadosa consideración", ella respondió:
- Sí. Sí, acepto!
La comida terminó y, luego de algunos intercambios agradables de palabras, se fueron a sus respectivos hogares.
A la mañana siguiente, el despertó preocupado y dudoso de la respuesta. "¿Dijo sí o dijo no?.
No podía recordar. Lo intentó y lo intentó, pero simplemente no recordaba, no tenía ni siquiera una vaga idea; inquieto, fue al teléfono y llamó a su amiga.
En primer lugar, le explicó que su memoria no era tan buena como solía serlo. Luego le recordó la noche hermosa, que habían pasado y con un poco más de coraje, le preguntó:
- Cuando te pregunté si querías casarte conmigo, dijiste, sí o no?
Él quedo encantado al oírla decir:
- Te dije que sí, que sí, acepto y lo dije con todo mi corazón.
Y estoy muy feliz de que me llamaras, porque no podía recordar quién me lo había pedido.