- Esta casita y este pequeño automóvil serán tuyos, hijo.
El sacerdote se retira a hacer fila en la ventanilla de Entrega de Títulos de Propiedad.
En eso, nota que llega un tipo y conversa con San Pedro.
El santo sonríe mucho, lo abraza, le da unas indicaciones, y el tipo se dirige muy contento a la fila. El curita, extrañado de tanta alegría, le pregunta al recién llegado:
- ¿Por qué tanta alegría, amigo?
- Es que me entregaron una mansión y una limousine.
Indignado, el sacerdote se dirige donde San Pedro, y le pregunta:
- San Pedro, ¿por qué le dio todo eso a ese tipo? ¿Yo creí que en el Cielo no había favoritismos? ¿Yo fui sacerdote? ¿Y él?
- Verás, hijo, el era abogado.
¡Y cómo no vamos a estar felices si es la primera vez que llega uno!
Una pareja de casados se encontraba en una fiesta de amigos. El hombre se acerca a su esposa y haciendo gala de su buen humor le dice:
-Querida, te apuesto a que no consigues decirme en una sola frase algo que sea verdad, y que me ponga alegre y triste a la vez.
La mujer lo pensó un momento y respondió:
-Es difícil... que sea verdad... alegre y triste a la vez... pero sí, creo que ya tengo una..
-¡Pues dímela! -exclamó el marido.
-Bien -contesta ella:
¡Tu órgano reproductor es más bonito, que el de cualquiera de tus amigos que se encuentran en esta fiesta...!
Un borrachito que sale de un bar a las 3 de la madrugada, llega a un edificio, timbra en un apartamento y cuando le contestan por el portero eléctrico él pregunta:
-Señora, ¿Su marido ya está en casa?
-Si señor, si está -contesta la señora malhumorada.
El borracho timbra en otro apartamento y hace la misma pregunta:
-Señora, ¿Su marido ya está en casa?
La señora le contesta que si, y el borracho timbra en otro apartamento, hace la misma pregunta, le dan la misma respuesta, y así por mucho rato hasta que en uno le contestan que el marido no está. El borracho suspira profundamente y dice: