Un fin de semana, la señora de la casa tuvo que salir (en viajes de negocios) quedando solos, el dueño de casa y la escultural sirvienta.
Como era de esperarse (¡por supuesto!), el patrón se dedicó a seducir a su sirvienta, quién sin mayores problemas, le propinó una de esas noches de sexo... absolutamente desenfrenadas.
Al amanecer, el patrón, tan impactado como felíz (por la noche que pasó con su sirvienta), le dijo:
-María, me has dado una noche espectácular... de las que hace mucho tiempo no tenía!, así es que por favor, pídeme lo que quieras, de verdad, lo que tú quieras te lo doy ... dinero, joyas, no lo sé.... ¡lo que sea!
-Patrón... usted sabe que yo soy campesina. ¿Para qué querría yo dinero o joyas? La verdad patrón yo solo quiero una flor!
-¿Sólo una flor? pero, por favor! de verdad es que tú eres... la mujer más bella del mundo, me regalas una noche apasionada de amor, LA MEJOR que he vivido en muchos años y a cambio ¿Sólo me pides una flor? Eres demasiado increible! Dime..., ¿Qué tipo de flor te gusta?
A lo que la sirvienta responde:
-Una flor explorer... ¡Como la que tiene la patrona!
El padre de Pepito regresa a casa luego de un largo viaje, al llegar ve que el niño tiene una bicicleta montaña de 300 euros que tanto deseaba, entonces le pregunta:
-Hijo, como es que te has comprado esa bicicleta, ¿de dónde has sacado el dinero?
Pepito responde:
-Por dar paseos.
-Como por dar paseos??, pregunta sorprendido el padre.